Para el sábado 23 de febrero habían pronosticado nevadas a nivel de costa y Adrián estaba muy emocionado con la idea de ver nieve. La primera vez que estuvo en contacto con ella fue en 2008 en León pero era muy pequeño y apenas lo recuerda.
El sábado por la mañana nevó en Barcelona ciudad pero no como lo esperaba el peque de la casa y se quedó un poco decepcionado así que decidimos ir el domingo 24 al Valle de Núria para que viera la nieve en todo su esplendor y pudiera jugar con ella.
Subimos con el cremallera hasta el Santuario de Núria y estuvo jugando muchísimo había que ver su carita de felicidad y cómo se tiraba por las pendientes, sentado, tumbado de cualquier forma.
De vuelta a casa se quedó dormido en el coche tanta emoción lo dejó agotado.
1 comentario:
Desde luego, ir a ver la nieve en un primer momento es una divertida aventura, que poco a poco, con el paso del tiempo, se transforma en algo más que una aventura. Se convierte en un día inolvidable.
Besitos
Carmen L.
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