Una nueva etapa

Parece mentira lo rápido que pasa el tiempo y hay veces que uno tiene la sensación de que las cosas ocurrieron ayer pero si se para uno a pensar se da cuenta de que irremediablemente los días, los meses y los años pasan sin detenerse ni un segundo. Recuerdo el día que tuve por primera vez en brazos a mi bebé y el martes que viene le llevaré por primera vez de la mano a la guardería, en todo este tiempo nunca se ha separado de nosotros, cierto es que ha estado con sus abuelos y su abuela pero nunca con personas que no fuera de su entorno familiar.
Y el martes 1 de septiembre será nuestra prueba de fuego, tanto para él como para mi, aunque llevo meses deseando que llegue este día no puedo remediar sentir un poco de tristeza o melancolía, que serán las mañanas sin sus risas, sus gritos y las carreras por la casa, que vacía que va a estar, pero por otro lado tengo la necesidad de tener ese tiempo para mi porque han sido 2 años de completa dedicación a 24 horas, 2 años que no cambio por nada del mundo pero que con el tiempo te das cuenta de que necesitas también tu espacio.
A él le irá muy bien estar en contacto diario con otros niños, es muy sociable y le gusta jugar, se que va a disfrutar de esta etapa y también le será beneficioso antes de que al año que viene empiece el colegio.
Y ahora andamos con todos los preparativos que si batas, mochila, ropa para la guardería, menuda lista de cosas nos dieron ni que se fuera a la mili con el macuto, pero en definitiva tanto él como yo iniciamos una nueva etapa.