Gustav Klimt Fecha:1905
Características:180 x 180 cm.
Las tres edades de la mujer se exhibió por primera vez en la Exposición de Arte de 1908 junto a El Beso, mostrando ambas telas una composición similar ya que las zonas laterales están sin cubrir y el fondo está constituido por manchas cromáticas. En el centro de la escena podemos observar las tres edades de la mujer ante un campo de flores amarillas en el que observamos imperfectas elipses doradas y negras, recordando este fondo a los mosaicos bizantinos de Ravena que tanto atrajeron al maestro. De frente y en primer plano aparece la madre, con su hija en brazos, apoyando su cabeza sobre la de su retoño. Tiene los ojos cerrados y gesto de ensoñación, al igual que la pequeña, cuyo sexo no podemos contemplar al estar su figura apretada contra la madre. Una anciana desnuda, de lado, con el rostro cubierto por el largo cabello, llevándose la mano izquierda hacia la cara, es la representación de la vejez. De esta manera podemos apreciar la representación del nacimiento, la madurez y la decadencia, igual que se muestra en la Filosofía. De nuevo, Klimt evoca el importante papel de la mujer en la vida, aludiendo a su lado femenino, lo que algunos especialistas interpretan como la rebelión de Edipo.El maestro vienés se ha inspirado en una obra de Rodin para la figura de la anciana, manifestando la admiración hacia el escultor francés. Una vez más, encontramos el característico gusto por las líneas onduladas, el soberbio dibujo y el decorativismo que definen la pintura de Klimt, en sintonía con los trabajos del art-nouveau y de la Secession, precisamente el año que se produce una escisión dentro del grupo ante la presión de los "naturalistas", opuestos a la filosofía de arte global que defendían los promotores de los Talleres de Viena, entre ellos el propio Klimt. Las tonalidades brillantes empleadas contrastan con el fondo neutro, apreciándose la renuncia a la perspectiva. Escogí el detalle de la madre con el niño o niña de la obra del artista austríaco para la cabecera del blog porque un año antes había estrenado mi maternidad. Entre las figuras que aparecen hay una cierta similitud sino física si de ciertos rasgos entre mi hijo y yo. La madre en la obra de Klimt es pelirroja y el niño que abraza dormidito es morenito con el pelo ondulado. Soy pelirroja de piel muy blanca y mi hijo es moreno con el pelo rizadito y también de piel muy blanca.
La fotografía que a continuación muestro no tiene ningún parecido con la composición que Klimt recreó para la obra, tampoco puede apreciarse el color de mi pelo y el bebé tenía un mes de vida. Pero tanto la madre y el niño de Klimt como la fotografía reflejan la esencia de la maternidad.
En la obra de Klimt el artista muestra la maternidad es su estado más puro. Toda madre se recuesta con su bebé en el pecho. Los dos dormidos, son momentos de paz, de felicidad, sentir el calor de tu hijo, el latido de su corazón provoca una sensación de plenitud. Sentimientos de protección, de amor, cariño todo ello simplificado en un solo gesto, el abrazo maternal de la madre a su hijo mientras duermen plácidamente como si el tiempo se hubiera detenido y solamente existen los dos. Ese instante es mágico, único e irrepetible mientras nuestros hijos son pequeños.
Mi hijo tiene ahora 15 meses la edad más o menos aproximada que representa el niño de la obra de Klimt. Mi deseo es hacer una fotografía tomando como modelo la misma composición del cuadro.
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