Mis raíces por parte de mi abuelo materno proceden de Irlanda. Mi abuelo aunque nació en el Reino Unido su padre era originario de la aldea de Cloommullin en el condado de Roscommon en Irlanda y su madre nacida en Inglaterra también procedía de una familia de irlandeses.
El matrimonio tuvo seis hijos entre ellos mi abuelo que en diciembre de 1936 vino a España meses después de que estallara la guerra civil y participó en las Brigadas Internacionales formando parte del British Battallion.
Fue en España donde el joven británico de 19 años conoció a mi abuela en un pueblo de Castilla-La Mancha, Madrigueras en la provincia de Albacete. Madrigueras fue uno de los pueblos en que los brigadistas tenían como destino su lugar de formación y entrenamiento. Los dos jóvenes se casaron y tuvieron una hija pero el destino y la guerra hizo que mi abuelo nunca llegara a conocerla. Repatriado en diciembre de 1938 nunca se volvió a saber nada de él.
Unos años después de la muerte de mi abuela en el año 2001 empecé a investigar sobre mi abuelo. Obtuve bastante información sobre él en los archivos rusos (RAGSPI) y del Reino Unido (IBA) y también gracias a los brigadistas y familiares de éstos.
No sólo podía empezar a perfilar quien era mi abuelo sino que pude encontrar a mi familia y en junio de 2001 localizamos a mi tío. Mi abuelo tras haber sido repatriado se volvió a casar y tuvo un hijo.
Pero la familia con los años se ha ido reuniendo en diciembre de 2003 conocimos en Birmingham a dos primos hermanos de mi madre hijos del hermano pequeño de mi abuelo. Y en el 2007 dos primas hermanas más de mi madre, hijas de la hermana pequeña. Con ellas el encuentro todavía no ha sido posible una de ellas vive en Israel (su web está en enlaces) y la otra en Alemania.
En febrero de 2007 realizamos un viaje a Irlanda para conocer el lugar de donde procedía la familia Flanagan. Nuestro punto de partida fue Dublín donde nos encontramos con mi tío. Desde Dublín fuimos hasta Galway y visitamos los acantilados de Moher (Cliffs of Moher).
En esos momentos estaba embarazada de 4 meses y a pesar del trajín del viaje lo llevé bastante bien aunque por la noche caía rendida.
Las comidas y cenas las hacíamos en los típicos pubs irlandeses que por la noche se llenan de gente para tomar las típicas pintas de Guinness pero durante el día sirven comidas. Decir que no pude probar ni una triste pinta dado mi estado y las veía ir y venir.
Los acantilados son imponentes a pesar del día gris y lluvioso que hacía pudimos disfrutar de unas vistas impresionantes. Tuve que pegarme una buena caminata pues el parking se encontraba a bastante distancia, por el camino era un ir y venir de gente y muchos nos decían ya falta menos. Pensaba que no iba a llegar cada vez me resultaba más pesado y me costaba andar.
Los acantilados son imponentes a pesar del día gris y lluvioso que hacía pudimos disfrutar de unas vistas impresionantes. Tuve que pegarme una buena caminata pues el parking se encontraba a bastante distancia, por el camino era un ir y venir de gente y muchos nos decían ya falta menos. Pensaba que no iba a llegar cada vez me resultaba más pesado y me costaba andar.
Pero al final conseguimos nuestro objetivo. Actualmente está muy protegido y hay muchas zonas que está restringido su acceso por su peligrosidad. Aún así no es extraño que hayan suicidios en este lugar. Sin ir más lejos el día anterior en un periódico en Galway leímos que una mujer con su hijo se habían precipitado intencionadamente por el acantilado.
Al día siguiente partimos para el condado de Roscommon con el objetivo de localizar la aldea de Cloommulin y la casa donde los Flanagan vivieron hasta los años 80.
Nuestra primera parada fue en la ciudad de Castlerea donde desayunamos el típo almuerzo irlandés.
Nos acercamos hasta la iglesia y en esos momentos acababa de terminar la misa de la mañana, decidimos entrar para preguntar por donde quedaba la aldea y el párroco muy amablemente nos indicó que la señora que se encargaba de cuidar la iglesia era de la zona.
Hablamos con esta señora y en el mapa de carreteras que llevabamos nos señaló donde estaba Clommullin.
No sin ir un poco a tientas vimos un camino que según el mapa indicaba que era la entrada a la aldea de Clommullin, mi tío tomó el camino pero pronto vimos que todo era campo y campo, se vislumbraban a lo lejos unas casitas y antes de llegar a éstas nos encontramos de frente con el cartero, le preguntamos y nos dijo que siguieramos hasta el final del camino. Llegado al final del camino solamente habían dos casas ambos lados y no veíamos a nadie por allí. Así que decidimos dar la vuelta a ver si en las casas que habíamos dejado atrás veíamos alguna persona. De camino de vuelta vimos un coche pararse y bajarse un hombre mayor con unas bolsas. Mi tío paró y se bajó y preguntó por la casa de los Flanagan, le explicó que eramos familia, que sabíamos que la casa ya no pertenecía a los Flanagan pero teníamos constancia de que el edificio seguía en pie y era utilizado como cobertizo. Aquel hombre abrió de momento los ojos y preguntó de quien eres hijo al explicarle quien era su padre empezó a recordar a toda la familia y en especial a mi abuelo. De joven en verano iba a trabajar a la granja de sus abuelos.
Le explicamos que habíamos llegado hasta el final del camino y que solamente habían dos casas y nos dijo que habíamos llegado bien pero era una hora en que la gente iba al mercado pues él venía de hacer las compras y que por eso no había nadie.
Actualmente la casa que perteneció a los Flanagan es un cobertizo donde el nuevo propietario guarda los aperos del campo. No pudimos verla por dentro por este motivo. En ese momento pensé en que hace más de 70 años mi abuelo anduvo por el mismo lugar por donde yo estaba pisando la hierba.
El dueño nos atendió muy amablemente y nos permitió hacer fotografías de la casa.
La verdad es que resulta difícil imaginar como debería ser la casa hace más de 20 años, el último Flanagan que vivió en ella fue Michael, el tío de mi abuelo. Al
envejecer y morir su esposa vendió la casa a la familia Morris con la condición de que lo cuidaran hasta su muerte.
Nosotros continuamos nuestro viaje a Dublín donde pasamos un día más hasta nuestro regreso.
Más fotografías en Picasa
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